jueves, diciembre 31, 2015

Odio de vos:

Te odio por no dejarme dormir de noche. Te odio más por no dejarme dormir de noche de la forma en que me gustaria no dormir. No duermo extrañándote porque te metes en mis pensamientos como si tuvieras una llave a mi inconsciente y a mi corazón manteniéndome despierta hasta el alba. 
Quizá la tengas, quizá te la di hace mucho tiempo en algún remoto lugar del que no tengo recuerdos bajo la promesa de usarla responsablemente (recuérdame que te reclame tus obligaciones con respecto a eso). 
Odio de vos que tengas tanto poder sobre mí. Mejor dicho, me odio por permitirme permitirte tener tanto poder sobre mí. 
Odio de vos que seas tan poco legible, que tu mente sea tan difícil de leer como las poesías de Borges con el libro al revés una noche de verano con mucho calor. Mejor dicho, me odio por ser tan controladora para tratar de entenderte cuando amo que seas tan poco predecible. 
Odio de vos tu sonrisa. Mejor dicho, me odio por extrañarla tanto como a tus abrazos en un día de lluvia. 
Odio de vos que no te odio, ni siquiera un poquito. 

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