lunes, enero 11, 2016

Catarsis.

Es tarde, estoy en Capital y te extraño mucho. Quizá sea esa la razón de mi insomnio. Tenía la necesidad de escribir sobre lo que me pasa ahora pero de verdad no sé cómo empezar, cosa que se presenta cada vez que tengo que decir algo importante. Estoy celosa. Estoy celosa sin razones. Estoy celosa de ella. Estoy celosa de un fantasma que no existe en tu vida (o que quiero creer que no existe). 
Me considero una persona bastante segura de mí misma, no me preocupo por las relaciones pasadas ni por el resto de las personas que te rodean, incluso aquellas que hayan tenido algun significado especial en tu vida. Es tu corazón, es quien ocupó un lugar en él y es quien importó y te marcó para siempre de una u otra manera, pero esto evidentemente es algo que no puedo manejar (tan fácilmente, al menos). 
Te extraño. Te extraño de una forma que no se explica en palabras. Te extraño con el alma y con la mente. Te extraño despierta y en sueños. Te extraño como si doliera en el pecho. Te extraño pero lo único que se me ocurre es que estás muy lejos y puedo escuchar como mi corazón se rompe a medida que escribo estas líneas. 
Sé que es inútil revolver cosas que ya no existen, que son parte de tu pasado (como el que tiene cualquiera, como el que yo tengo).  Pero, ¿quién dijo que yo no soy parte de tu pasado tambien? ¿Quién puede confirmarme si soy yo quien te quita el sueño? ¿Debo quedarme? ¿Debo huir a esconderme dentro del refugio del olvido? ¿Debo ir a la guerra desarmada y con el corazón como escudo? Oh, mi amor, como me gustaría tener el poder de leerte a distancia. 
Me gusta pensar que el hilo rojo del destino existe. Que esta incertidumbre es solo un nudo, un pequeño nudo. Me gusta pensar que nuestros extremos están conectados. Me abriga en noches donde ni siquiera el recuerdo de tu último abrazo parece ser suficiente. 
Voy escribiendo más de cuatro párrafos y sigo sintiendo que tengo demasiado por decir. Me gustaría convertirme en humo y expandirme por todo el mundo hasta llegar a tu lado. Me gustaría ser viento y dejar ir mis dudas hacia el crepúsculo. Me gustaría ser un piano para sanar mi dolor en una canción, para ayudar a otro a derramar sus lágrimas sobre mi, porque el sonido de mis notas no provocaria más que lágrimas de alivio al final de la partitura.  
Quiero llorar. Mejor dicho, quiero llorar en vos. Quiero dejar de pensar inútilmente en todo lo que siento y que lo percibas de alguna manera. Quiero que dejes de importarme tanto. Quiero que tu recuerdo se esfume de mi vida para siempre pero me aferro a él con la única esperanza de no estar tan equivocada después de todo. Quizá es eso, la esperanza te mantiene vivo, pero es también la peor de las sentencias. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario