Me vuelve idiota querer decir tanto y no saber cómo, me choca la amargura de tu ausencia/presencia ficticia que solo yo creo y destruyo, me abrazo a tu recuerdo en cajas de cartón y veo ir besos en bolsas de hielo al mar para perpetuarse en las aguas del olvido.
Veo unos ojos mirándome desde algún lugar, te siento en el alma, allí de donde nadie puede borrarte, ni siquiera el más cruel de los remedios: el tiempo.
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