Dibujo círculos en tus nudillos.
Dibujás círculo sobre mis pecas, que son círculos aún más pequeños.
Dibujo círculos con mis ojos para hacerte reír.
Dibujás círculos con tus palabras cuando no sabés que decir.
Dibujo círculos en tu cabeza cuando no te podés dormir.
Dibujás círculos con tus pasos antes de tocar el timbre
Dibujo círculos con el rimmel mal puesto cuando veo tu nombre en el identificador de llamadas.
Y así nos quedamos,
dibujando círculos, como si eligiéramos andar a las vueltas
para evitar mirar de frente
a lo que nos pasa.
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