lunes, abril 09, 2018

Miedo

Le hablo a mis ojeras de vos,
de lo mucho que te quise y de cuántos planes quedaron en el tintero.
De esas mañanas de Domingo que nunca existieron,
de tus manos jugando con los resortes que se formaron en mi cabello producto de la humedad,
de la tranquilidad de tu voz
y el color acuarela que le ponían tus ojos a las nubes negras que anunciaban el comienzo de aquel otoño.
De tu incertidumbre hasta para contar las pecas de mi nariz,
que tienen un número finito
pero que entre la inseguridad que cargabas
y el temblor de tus manos al llegar
te hicieron perder la cuenta
llegando siempre a resultados aleatorios,
como un laberinto
del que no podés salir
sin soltar bambalinas
que te permitan aclarar el mapa.|
Te cuento que estoy intentando no perderme nunca más,
de mi,
como si fuera un tributo que le guardo a tu ausencia
y a tu cobardía para hacerte cargo de las cosas,
de mirarme a la cara y aceptar
que cuando no podés escapar de vos mismo
intentas escapar de los demás
dejando a tu paso
escarcha pesada
e impregnada de los vestigios del amor que me tuviste
pero que no dejaste florecer
por miedo
vaya uno a saber a qué.

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