Me absorbe como si fuera un agujero negro empeñado en hacer desaparecer a la persona en la que me convertí sin vos.
En la oscuridad intento salir de adentro de mi misma.
No puedo.
Y es ahí, en esa lucha por mantenerme en pie donde aparecen tus ojos mirándome y pidiéndome que vuelva a intentarlo una vez más.
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