domingo, junio 16, 2019

Cómo se siente extrañarte

Dar vueltas en círculos sin saber qué estás buscando.
Sentir que algo te falta pero no saber qué. 
Mirar una página en blanco.
Terminar un libro que te gusta mucho. 
Darte cuenta de que te olvidaste el paraguas cuando empieza a llover. 
No poder acordarte el nombre de esa canción que escuchaste en la radio a la pasada. 
Cebar un mate después de un rato largo.
Romper algo muy preciado, 
un objeto, 
un momento, 
una persona.
Estar donde no querés estar.
Asumir realidades que no te gustan.
Detenerte y preguntarte si lo que estás haciendo ahora mismo realmente vale la pena, 
si está bien o mal.
Dudar de tu futuro,
o peor, 
de tu presente.
Arrepentirte de tu pasado. 
Buscar respuestas y no encontrarlas.
Tener que vivir con eso.
Hablar solo. 
Querer decir algo y no poder,
o no saber cómo.
No encontrar las palabras justas
cuando realmente no es necesario.
Caer en la cuenta de eso, 
sentirme una idiota. 
Exigir mucho, 
parar la pelota y escuchar. 
El desarraigo, 
sentirte un extraño
y volver,
pero sentirte igual,
ni de acá ni de allá.
Llorar solo.
Despedirte.
Tener que soltarte.
Desarmar un abrazo.
Quedarte dormido.
Despertarte de noche y darte cuenta de que se te cayeron las sábanas. 
Esa sensación de desprotección, 
de frío,
pero que tu recuerdo envuelve 
y transforma.
Tomar impulso.
Dejar el miedo guardado, 
o mejor, 
sacarlo del cajón y enfrentarlo,
ganarle.
Entender.
Esperarte. 
Y quererte mucho. 


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