Quizá en otra vida tendremos el tiempo que se merecen las disculpas que nos debemos,
que intentamos darnos en esta pero no pudimos
y pueda mostrarte como germinan dentro mío los sueños que te prometí seguir,
en silencio,
gracias a la suavidad de tus ojos en mis defectos
y a tus dedos en las agujas de tejer
del sweater rojo con botones de perlitas
que abriga los miedos de la nena chiquita que protegiste hasta que tu cabeza dijo basta,
para perderse en ese laberinto que vaya a saber uno a donde lleva,
pero que empieza siempre en la sangre que tenemos en común.
en silencio,
gracias a la suavidad de tus ojos en mis defectos
y a tus dedos en las agujas de tejer
del sweater rojo con botones de perlitas
que abriga los miedos de la nena chiquita que protegiste hasta que tu cabeza dijo basta,
para perderse en ese laberinto que vaya a saber uno a donde lleva,
pero que empieza siempre en la sangre que tenemos en común.
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