Y si te vas a ir, hacelo de una. Agarrá las llaves y pegá un portazo tan fuerte que se escuche dando la vuelta al mundo.
No dejes puertas entreabiertas, porque yo me conozco.
Sé que, aunque no quiera, si no te vas del todo voy a salir eyectada a buscarte.
En vano, supongo. Por ahí tienen razón cuando dicen que segundas partes nunca fueron buenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario