sábado, diciembre 28, 2019

Adiós

No sé como empezar a explicarte lo que me pasa por la cabeza y no te cuento para que no me veas triste, pero siento que llegado este punto hay cosas que tenés el derecho a saber.
Quiero pedirte perdón por haber sido tan terca, por no haberme podido poner en tu lugar y por no haber cedido lo suficiente. Por tener tanto miedo de que no me elijas y de no poder cumplir con las expectativas de lo que quiero ser para vos. Por no haber podido ponerte por encima de mis frustraciones y por ser injusta en la forma en la que digo lo que pienso.
Quiero agradecerte por cómo sos conmigo, por cuidarme y por elegirme a pesar de mi exigencia constante, para conmigo misma que a veces se proyecta también en vos. Por acompañarme y por secarme las lágrimas. Espero estar dándote el espacio que te merecés para descansar de mis fantasmas, de los que no sos responsable pero que comparten la cama con nosotros.
Capaz es mi propio egoísmo que no me deja guardarme las ganas de llorar. Me olvidé de cómo se sentía no compartir todo lo que siento con vos.
Por eso te cuento que hoy me vi con los ojos cerrados pidiéndole a Dios que te acompañe y que te cuide como yo no puedo hacerlo ahora. Capaz no sirva para nada, pero cuando no tengo más recursos a los cuales acudir, empiezo a dar manotazos de ahogado por las dudas.
No voy a enterarme nunca si sirvió de algo o no. Porque sé que de una forma u otra vas a estar bien, que vamos a estar bien; pero si no es así, no voy a poder con la culpa de no haberlo intentado todo.
Por vos puedo dejar de lado mis creencias más profundas y probar lo que no probé nunca. Gracias por darme la flexibilidad de pensamiento para apoyarme en lo que no creo como último recurso.
Te merecés ser tan feliz como puedas. Gracias por hacerme parte.-


No hay comentarios:

Publicar un comentario