Estoy en el mismo casillero donde me encontraste cuando llegaste a mi vida y ya te estaba extrañando.
Si volvés ahora me vas a encontrar un poco más rota. Más triste. Más apagada. Más callada. Todo eso se fue con vos el día que te dejé ir, y me quedo acá a ver si por todas esas cosas vuelven con la claridad de la mañana.
Se quedó enganchado en el asiento de tu auto como si fuese un aro que perdí y siento que no voy a recuperar el par.
Y me da tanta bronca el miedo que cargo todos los días en las bolsas de los ojos, que cada vez las ensancha un poco más y les pierden las ganas de mirarte como la primera vez. Como si supiesen lo que vas a hacer con ellos. Conmigo.
Cortala. Por favor.
Cortala.
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