Odio la forma en la que me hablas y la forma en la que te cortaste el pelo. Odio la forma que tenés de manejar. Odio cuando me mirás fijo. Odio tus zapatillas enormes y la manera que tenés de leerme la mente. Odio que siempre tengas razón. Odio que me mientas. Odio que me hagas reir pero aún más que me hagas llorar. Odio cuando no estás cerca y el hecho de que no me hayas llamado hoy. Pero más odio no odiarte. Ni cerca. Ni un poco. Nada en absoluto.
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