Llego y me pierdo. ¿Dónde estás? ¿Por qué no te veo?
Es a vos a quien busco, ¿me miras? ¿por qué no te encuentro?
Dame una pista, envíame una señal. ¿Es tu luz la que guía aquel lucero de mi duda? ¿Es tu risa la que oigo cuando no puedo dormir? ¿Podrán tus ojos ser lo suficientemente profundos para dejarme flotar en mi laguna de insomnio? ¿Cuán fuertes son tus manos? ¿Podrán aguantar?
Le hablo a la nada, no encuentro respuesta. Debe ser parte de mi delirio nocturno. Mañana el sol saldrá y el día será otro. Hoy la luna me lastima y las estrellas la aplauden en su siniestro ritual de dejarme caer.
Esa voz callará, esa laguna se irá.
¿Acaso tu luz es lo suficientemente poderosa para seguir brillando? ¿Podrá llenar ese espacio vacío que deja tu último abrazo? ¿Cómo deshago el ajustado nudo en tu forma de querer? ¿Dejo ir el espejismo a la nada o te mantengo en una realidad distorsionada? ¿Cómo lo suelto?
Es una manta en pleno invierno. Es un abrazo en medio de la guerra. Es una gota en el desierto. Es la flor que nace en la adversidad más grande. ¿Podré perdurar? ¿Podrás recordarme?
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