Nos levantamos temprano y te llevé a trabajar, pero solamente podía pensar en preguntarte cuanto cobrabas por hora. A ver si así podía intentar pagar un rato de tu tiempo para que que te quedaras conmigo.
Pero obvio que no pude. Porque me guste o no, me doy vuelta y tu lado de la cama está vacío. Porque por mucho que me pese, hay cosas que no se pueden comprar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario