Fuerza bruta

Yo quiero que me quieras para todo.
Y cuando digo para todo es para todo de verdad.
Para los mates de tus Domingos a las 6. Que te despiertes de noche y sientas que te falta algo si no estoy ahí con vos.
Para irte de viaje a la concha de la lora porque necesitas despegarte del mundo por un rato.
Para elegir el nombre de tu perro.
Para tragarte el orgullo y que sea por mi por quien salís corriendo. Por quien juntas energía potencial hasta que vencés el punto de movimiento inminente y a tus piernas no les queda otra que eyectarte hacia mi.
Para los momentos de crisis y las discusiones a la madrugada por boludeces que podían resolverse de otra forma. Pero que sabes que es así porque es conmigo.
Para darte fuerzas de ser mejor persona. Para ir a darte aliento y secarte la frente. Para cebarte mates mientras estudias. Para los almuerzos en tu casa y las charlas con tu hermana.
Para hablar con tu viejo de que por fin me encontraste.
Para contarte que los mios te adoran. Y si, porque obvio, cómo no.
Para llevarte a tu casa si no podes manejar. Para que me cuentes tus secretos. Para que me expliques por enésima vez por qué no funcionó con nadie más.
Para que no tengas miedo de mostrarle a todo el mundo que estamos juntos.
Para que me mires desvestirme. O para que me desvistas vos.
Para tu cama. Sobre todo para tu cama. No solamente para tu cama.
Porque a pesar de que todo eso existe siento que me elegís para algunas cosas y para otras no.