martes, febrero 23, 2021

Tacto

 Estamos sentados en el sillón charlando. Te escucho con cuidado, prestándole atención a las formas abstractas que forman tus labios al pronunciar las palabras; y a las arrugas que se te forman en la frente cuando te ponés serio. Intermitentemente dejo de escucharte, como si por unos segundo entrara en un vórtice que me acuna en tus ojos con el sonido de tu voz. 
 Sin darte cuenta, me rozás la piel y me quedo dura esperando que no te hayas dado cuenta de lo que acabás de hacer. Y como si me leyeras la mente, me agarrás la mano. 
 Y por la espalda me camina un calor que me contiene y me relaja el caos permanente en el que vivo, que se esparce por el resto del cuerpo abrazándome; junto con vos, que ahora estás mirándome fijo como si hubieses entendido todo. 
 Y dejás pasar el momento con la complicidad y la paciencia que veo en vos desde el día uno, cuando cerré los ojos y al abrirlos te encontré al lado, compartiendo mis cosas; y en la paz que me das cuando te quedás dormido, envolviéndome, mientras me dejás hacerte mimos en las pestañas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario